ALTER.- El otro día me preguntaba qué es lo que nos lleva a elegir un libro para leer, en vez de otro.
EGO.- Supongo que lo mismo nos lleva a elegir a una persona, para la amistad o el amor, en vez de a otra: la intuición de que ése es el libro, o la persona, que necesitamos.
ALTER.- Intuición que en muchos casos resulta falsa.
EGO.- En bastantes casos, sí, tanto con los libros como con las personas. Pero bueno, eso dependerá de las dotes intuitivas de cada cual. Los hay que casi siempre aciertan…y también los hay que casi siempre se equivocan.
ALTER.- Y también habrá el término medio.
EGO.- También, pero todo lo que tiene que ver con el término medio carece por completo de
ALTER.- Vaya sorpresa. Te creía ponderado, ecuánime, colega de Claudio Magris y todo eso.. y ahora sales con…
EGO.- ¿Con qué? He dicho que el término medio carece de interés, no que carezca de todas las demás virtudes.
ALTER.- Pero, volviendo al tema, en tu caso ¿qué es lo que te lleva a empezar a leer un libro determinado?
EGO.- Las vías que te llevan a elegir un libro…hay de todo….puede ser… la lectura de otro libro. Esto es lo más corriente en mí. Una lectura te habla sugestivamente de un autor, o de un ambiente vinculado a un autor, y te entra el deseo de conocerlo directamente. El Danubio, de Claudio Magris, por ejemplo, me descubrió el mundo de Joseph Roth y, de un tirón, me leí cinco libros suyos, y con el máximo placer, te lo aseguro: La marcha Radetzky es una de las
ALTER.- ¿Y por la recomendación de algún amigo?
EGO.- Hace años, muchos años, un amigo me descubrió a Henry Miller; recientemente, otro me ha descubierto una deliciosa novelita de Thomas Mann, que no conocía.. Pero son casos excepcionales. Por lo general, la recomendación de los amigos no funciona en mi caso.
ALTER. – ¿Y las películas? ¿No te han sugerido alguna vez una lectura?
EGO.- Sí, pero sobre todo en la adolescencia y juventud. Por la película Quo vadis, leí la novela y lo mismo ocurrió con Sinué el Egipcio, y supongo que con alguna otra. Pero desde entonces, no recuerdo que ninguna película me haya conducido a una obra o autor.
ALTER.- Ya que has apuntado el tema, ¿qué opinas de la relación entre literatura y cine?
ALTER.- Sí, es muy difícil que una obra literaria sea trasladada correctamente al cine.
EGO.- Depende. Una buena obra literaria perderá siempre en su traslado al cine, y es que hay que tener en cuenta que, si la obra la ha creado un verdadero artista, forzosamente necesitará otro artista de verdad para ser llevada a la pantalla con similares resultados. Por la misma razón, con las obras menores la adaptación resultará mucho más fácil. Es muy difícil que una gran novela no pierda profundidad y ambigüedad, es decir su riqueza más característica, al ser llevada al cine. Con el teatro es diferente…ahí tienes las excelentes versiones cinematográficas de Shakespeare, Oscar Wilde y otros. Y no me refiero al teatro meramente filmado, por supuesto. Y es que, pese a lo que pueda parecer por la profusión de medios con que cuenta el cine, el lenguaje cinematográfico es mucho más afín al teatral que al novelesco.
ALTER.- Y sin embargo, como tú mismo has apuntado, parece que el cine, con todos sus medios y efectos especiales, se presta perfectamente para representar toda la acción novelesca.
ALTER.- Y tú crees que esa acción interior…
EGO.- Es muy difícil, por no decir imposible, que el cine la capte del texto de una novela, conservando el mismo espíritu que le infundió el autor.
ALTER.- ¿Y con el teatro no ocurre lo mismo?
EGO.- No, porque ahí la acción interior se desprende directamente de los diálogos de los personajes, diálogos que el cine puede recoger perfectamente, adaptándolos a sus propios
ALTER.- No, no me la imagino…De todos modos, seguro que recordarás alguna buena adaptación cinematográfica.
ALTER.- Sí, y alguna mala. Empecemos por la mala, y no es que sea de las peores, por cierto. El túnel, de Sabato, fue llevada a la pantalla por un director creo que español
ALTER.- Quizá es que tratándose de un relato corto…
EGO.- Quizá, no; seguro. Porque es el caso que el mismo Huston filmó una adaptación de Bajo el Volcán, de Malcolm Lowry…donde se ejemplifican todas las dificultades que antes he apuntado. Y es que la película es una buena ilustración de algunos aspectos de la novela, pero
(De Alter, Ego y el plan)
Me parece que eres lector de Mann. Como sabes, era wagneriano. ¿Me podrías recomendar algún libro suyo que tenga influencia wagneriana? Por los títulos, hay unos cuantos como “Sangre de Welsas” o “De la estirpe de Odín”.
Intenté leer “Muerte en Venecia” y de ahí no he pasado.
Gracias.
Regí
Yo no diría que Mann era wagneriano, al menos en su obra. Porque una cosa es que admirase a Wagner, como demostró en varios ensayos, y otra muy distinta que su obra tenga algo de wagneriana.Creo que una literatura tan realista, crítica y “burguesa” como la de Mann se sitúa en las antípodas del fervor épico o romántico de Wagner.
De los títulos que citas leí hace tiempo Sangre de Welsas y lo que recuerdo es que domina el relato una ironía nada wagneriana.
Mi visión de Mann la tienes en este mismo blog https://antoniopriante.wordpress.com/2014/09/01/thomas-mann-el-arte-y-la-vida-i/
ALTER.- Y tú crees que esa acción interior…
EGO.- Es muy difícil, por no decir imposible, que el cine la capte del texto de una novela, conservando el mismo espíritu que le infundió el autor.
Yo creo que la palabra clave es DEPENDE. Desde luego, no es lo mismo una novela que una película o una ópera. Ello no quiere decir que el “mundo interior” no pueda ser expresado más que por la novela. Ejemplo. “Muerte en Venecia”, novela de Mann, se me hace tremendamente aburrida. No me comunica nada. En cambio, la película de Visconti sí. El italiano llega hasta el tuétano. Bogarde, sin decir apenas nada, solo con su mirada y us gestos nos comunica su vida interior; que es lo fundamental de esta obra. Lo mismo sucede con la ópera de Britten, donde el libreto -basado en la novela – queda mejor a mi juicio qu el original, ya que le quita todo el aditamente esteticista de la novela , que llega a ser pesado. La música también contribuye a ello. La virtud de la música – decía Shopenhauer – es que nos llega directamente, sin intermediarios. El significante y el significado es el mismo.
Claro está que esto no siempre pasa. Yo diría que habitualmente no pasa. Es muy difícil que una película le haga justicia a una buena novela.
No te falta razón, como diría Ego. Y es que el ejemplo que has puesto es uno de los rarísimos casos en que la obra de un verdadero artista (Mann) ha sido llevada al cine por un artista de verdad (Visconti) y – lo admito – con un saldo favorable al cineasta.