Cuando Segismundo despierta se pregunta, desconcertado, si lo que ha vivido como príncipe ha sido un sueño o si el sueño es lo que ahora vive despierto,
porque si ha sido soñado
lo que vi palpable y cierto,
lo que veo será incierto;
y no es mucho que, rendido,
pues veo estando dormido,
que sueñe estando despierto.
Una revuelta popular provoca la abdicación del rey Basilio y la liberación de Segismundo, quien es de nuevo llevado a palacio para ser coronado. Contra todo pronóstico, el nuevo rey actúa ahora con moderación y humanidad: perdona al padre, cuya mala interpretación de los astros le había conducido al cruel encierro y da satisfacción a todos. Y es que comprende que en este oscuro paréntesis llamado vida conviene actuar bien, no sea que se vuelva a despertar en un sueño peor.
Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid en 1600 en el seno de una familia de funcionarios reales. Su padre, que murió cuando Pedro tenía quince años, era Secretario de Hacienda, puesto que pasó al tío, quien además se hizo cargo de Pedro y sus hermanos.
En 1623 consigue estrenar en el Palacio Real su primera comedia, Amor, honor y poder. Es el inicio de una brillante carrera teatral que alcanzará su apogeo en la década de 1630. De hecho, a los cuarenta años ya había escrito y representado lo principal de su obra.
Precisamente en 1640 se inicia el periodo más amargo de su vida. En el día de Corpus estalla una revuelta en Cataluña, que tiene su origen en los abusos del ejército real sobre la población campesina, y que se convierte en una larga guerra de separación en la que las autoridades de Cataluña piden amparo al rey francés (levantamientos similares aunque de menor fuerza tienen lugar en Andalucía y Aragón; en cambio, el de Portugal concluye con la separación definitiva del país, tras sesenta años de pertenencia a la corona española).
Calderón participa en la guerra, en la que pierde a su querido hermano José. En 1642 abandona la carrera militar por problemas de salud. Y la década no puede terminar peor para el autor teatral: en 1644, debido a la muerte de la reina, cierran los corrales (teatros) en Madrid, cierre que se prolonga durante cuatro años.
(Entre paréntesis, en 1652 se firmó la paz con Cataluña, que retornó a la monarquía hispánica; en 1659 se firmó con Francia la Paz de los Pirineos, que supuso el reconocimiento de la derrota española, con la cesión obligada del territorio catalán situado al norte de los Pirineos)
En 1651 Calderón se ordena sacerdote y un año después ocupa la capellanía de los Reyes Nuevos de Toledo. En 1663 es nombrado capellán de honor del Rey. En 1677 se publica el quinto y último volumen de sus obras.
Pese al éxito de sus producciones teatrales y al favor real, que siempre supo mantener, Calderón no disfrutó nunca de una posición económica holgada, hasta el extremo que, a sus setenta y siete años, se le tuvo que conceder el privilegio de “porción de cámara”, es decir, el derecho a comer de la cocina real. Hay que reconocer que, por lo general, una gran carrera literaria, incluso si se contaba con el favor del poder, no daba para mucho.
Pero los sinsabores acabarían pronto. El 25 de mayo de 1681, el escritor, militar y sacerdote don Pedro Calderón de la Barca despertó por fin del sueño de la vida, quiero decir que se murió.
(De Los libros de mi vida. Lista B)