Unas frases de un escritor famoso y unas fotos del mismo escritor y de una actriz no tan famosa, pero esplendorosa al modo de Hollywood años cincuenta, me han motivado estas reflexiones.
Hay diversas maneras de entender y explicar la realidad. Los científicos, entre los que no siempre se puede incluir a los sociólogos, tienen sus métodos supuestamente asépticos o neutrales, encaminados al descubrimiento de la verdad objetiva.
La personas en general – medios de comunicación incluidos -, más inclinadas a creer que su visión particular coincide forzosamente con la realidad, no son tan escrupulosas en cuestión de métodos. Y así, tienden a clasificarlo todo en uno de dos grupos extremos, configurando una especie de realidad polarizada, sin tener para nada en cuenta los innumerables pliegues que la realidad humana contiene.
Y en esta tendencia clasificatoria todo ha de encajar en alguno de los polos, sin que de ningún modo quepan excepciones o singularidades. Quiero decir que, asumida una visión del mundo o modo de pensar todo ha de ajustarse a ello de una forma automática, necesaria y sin matices.
Por ejemplo, la misoginia es la actitud, manifestación o instrumento del poder de un género (masculino) sobre otro género (femenino). Es lo que establecen centenares de definiciones de sociólogos o estudiosos de la cosa. Unas muestras:
“El concepto de misoginia es un concepto social que se utiliza para designar a aquella actitud mediante la cual una persona demuestra odio o desprecio hacia el género femenino.”
“La misoginia se define como el odio o la aversión hacia las mujeres o niñas. La misoginia puede manifestarse de diversas maneras, que incluyen denigración, discriminación, violencia contra la mujer, y cosificación sexual de la mujer.”
“La misoginia, como concepción del mundo y como estructura determinante, génesis, fundamento, motivación y justificación de la cotidianidad, está destinada a inferiorizar a las mujeres.”
O sea, que la misoginia es algo que se siente y se ejerce desde arriba, para controlar y dominar.
Pero yo sé de determinados misóginos confesos – entre ellos algunos artistas – que no lo son desde arriba, sino desde abajo, es decir, desde el temor, la inseguridad y el sentimiento de la propia insignificancia, por muy valiosos que en realidad sean.
Aquí las dos citas del escritor:
“¿Sabes que estás solo? ¿Sabes que no eres nada? ¿Sabes que te deja por eso? ¿Sirve de algo hablar? ¿Sirve de algo decirlo? Ya ves, no sirve para nada…”
“Son un pueblo enemigo, las mujeres, como el pueblo alemán.”
Y aquí las fotos:
Obsérvense bien y dígase cuál de los dos componentes de esta pareja, tan famosa como efímera, domina la escena, o sea, la vida.