Archivo de la etiqueta: Papini

Caro diario. Las citas

musica

10-II-58
La música aporta los consuelos de la filosofía sin las estrecheces de la dialéctica, sin la desazón de las conclusiones. No expresa ideas, siembra sentimientos.

28-VIII-58

Procuro ser metafísico en el más estricto sentido de la palabra. En lo exterior trato de hallar la fantástica verdad de los objetos, de la que sólo son un símbolo. En lo interior, procuro agitar las más puras y místicas emociones, los sentimientos más vírgenes

8-X-58

Revestimos a una criatura de las mejores galas y le hacemos objeto de nuestro amor. Y cuando, desnuda, la contemplamos, achacamos a ella nuestra desilusión…

17-X-58

No hay más sentimiento que el sentimiento de sí mismo. No existe más amor que el amor propio. Toda pasión prende en el fuego del egoísmo. Nada cierto hay fuera, mientras que dentro conviven hermanas una inmensa soberbia con un consciente desprecio de uno mismo.

7-II-59

Es el genio, como siempre, lo que me cautiva. Nunca busco la obra, sino a su autor. ¡Y qué emoción reconocerme en él!

31-III-59

Es difícil – es imposible – que una obra propia nos satisfaga. Esto impulsa hacia la perfección, pero puede sembrar el camino de desaliento. Y sin embargo ¿qué más puede pedir nuestro orgullo sino que sea aplaudida una obra nuestra de la que no estamos satisfechos?

27-IV-59

Cuanto más lo pienso más me parece Goethe algo exóticamente perfecto. No con perfección utópico-racionalista sino con esa que produce el haber llegado allí adonde uno por su naturaleza está impulsado a llegar.

15-III-60 X

La falta de orden, de cierto método en el modo de vivir, resalta el aspecto extraño de la existencia. En cuanto deja uno de ser pieza perfecta y se abandona a íntimos y desconocidos impulsos, pierde el mundo su semblante sereno. Entonces se convierte uno en espectador; en trágico espectador, porque como se ha evadido al ritmo que todo lo llena, no percibe la música, y la danza le parece algo grotesco y descabellado, cruel. La solución estaría en unirse al ritmo sin perder la condición contemplativa. Pero esto es imposible. En cuanto uno se incorpora a la danza, nada comprende, de puro lógico y normal que lo encuentra todo.

3-X-60

Cansado de estudiar, leo Oscar Wilde: “El alma del hombre bajo el socialismo”. Grandes verdades, gran personalidad la de Oscar.

14-X-60

Frecuentemente convierto mi seriedad en timidez, sin embargo, si consigo mantenerme en mi natural postura ante el más extraño, llego a intimidarlo.

27-X-60

Si esta incapacidad de socializarme y de estar a lo exterior tuviera su compensación en mi mundo interior ¡Magnífico!… Pero no. Apenas soy nada para mí, siquiera. Y entonces ¿por qué esta ambición que me dice poderlo todo?

…….

Mi espíritu está enfermo y conozco su mal: Una sobrecarga de inhibición. Como si todo lo apto de ser puesto en práctica pasase por el severísimo tamiz de una reflexión semiconsciente y fuera condenado. El exceso de reflexión que en la sangre llevo me impide la acción. El alcohol suele ser en este aspecto una excelente antitoxina… A veces, bebido, he pensado que el mundo normal de los otros debe ser como el mío cuando llevo unas copas de más…

14-XI-60

Debiera: olvidar mis defectos; dedicarme ingenuamente a cuanto me interesa; fomentar la alegría interna; realizarme en actos. Pero al considerarme incapaz de todo esto, peco ya contra el primer propósito.

   18-XI-60

Por la noche, seis de los Maristas en el Dauphine de P. a la manifestación teatral del Comedia. Poca gente. Lo más pacífico del mundo. Pero llega la policía y lo estropea todo. Se llevan al organizador a comisaría, y dispersan al resto fusil en mano… Pasamos por la jefatura pero no está aquél.

25-XI-60

Con la carta, se reaviva el problema religioso. Mañana me espera A. y su rollo. Los del Opus me tienen frito. Sus ideales no son los míos.

Es preciso pasar de una postura ética a otra estética. Una visión “clásica” del mundo, inocente. Puestos el principio del Mal y el principio del Bien en constante lucha nada se puede avanzar. Todo queda reducido a una estéril y suicida guerra civil. Hay que acabar con esta clase de valores contrapuestos.

26-XI-60

Pienso que:

La sinceridad absoluta es barbarie.

La Religión es un presentimiento de la Ciencia Total.

La bondad de una persona no tiene que ver con la religión, sino con el carácter.

El amor es el símbolo espiritual en el que la naturaleza se expresa.

El artista que se ignora es el que produce más libremente. A Shakespeare no se le ocurriría nunca quemar su obra.

Buscar una justificación moral al mundo es empezar a construir por el tejado.

Definir es definirse.

Todo lo grande educa”.

Un hombre civilizado, solo y desnudo, en una selva virgen, es un rey… entre republicanos.

Los hombre piensan conforme a lo que son. Y no son conforme a lo que piensan.

Constantemente se engaña el hombre respecto a su futuro. Gracias a esto vive.

La Divinidad no es un Ser caprichoso: Todo lo que es, es necesariamente.

16-XII-60

Calígula” de Camus. Medio lectura, medio representación. Y luego coloquio. Para mí, Quereas ha alcanzado una altura superior a la de Calígula. Calígula representa el retroceso a un idealismo romántico destructivo. Es un romanticismo lógico. Pero se habla demasiado del rigor lógico de este personaje que le lleva a su propia destrucción. La Naturaleza también tiene su lógica. Y nunca se equivoca.

23-XII-60

¡Adelante! ¿Por qué? ¡Adelante!

Ce qui sauve c’est de faire un pas”

28-XII-60

T. des H.” Antoine de Saint-Exupery sereno, majestuoso, tierno, íntimo. Un artista equilibrado, seguro. En resumen, un hombre inteligente y sensible que, identificado con su actividad, siente que la vida tiene un sentido.

31-XII-60

De aquél “Cada país tiene el gobierno que se merece” podría seguirse el corolario de que “en España sólo hay un hombre” o al menos, que así merezca ser llamado… ¿Y Bruto?

6-I-61

No hay horas más terriblemente dulzonas que las pasadas alegremente entre los mayores. Todo en ellos es pasado.

No hay serenidad tan perfecta como la que alcanza una mediana inteligencia provista de mucho sentido común y de escasa instrucción.

La ancianidad tiene memoria; la juventud esperanza. Pero todos ansían lograr la dicha en este mundo.

7-I-61

Todo es fracaso, lamento… y esperanza. No surge la nueva vida. Tal vez exija una lenta y constante elaboración. Todo queda para mañana, siempre… Y el mañana se burla de nosotros convirtiéndose en escurridizo presente.

9-XII-61

Una misma realidad puede ser captada igualmente por las inteligencias de todo el mundo. Pero a todas les afecta de desigual modo. En unas será simple dato; misión, en otras…El Dios de los pobres ha fulminado sobre S. el rayo de su gracia. La injusticia social – la radical injusticia social – ya no es dato, sino vergonzosa, humillante, lasciva presencia.

10-I-61

He acabado Terre des Hommes. La mejor prosa francesa que por ahora he leído. Y además he ahí un espíritu singular. Firme, sereno, clásico; y al mismo tiempo, tierno, humano.

……………………

Copio “Quand nous prendrons conscience de notre rôle, même le plus effacé, alons seulement nous serons hereux. Alors seulement nou pourrons vivre en paix et mourir en paix, car ce qui donne un sens a la vie donne un sens a la mort.”

28-I-61

Termino “Los españoles en la literatura” de Menéndez Pidal. Queda clara la constante que señala la historia literaria española: realismo, sobriedad, moralismo, arte mayoritario. Que también podrían ser llamados: falta de imaginación, pobreza, estrechez, vulgaridad…

6-II-61

Todo espiritualismo aséptico es una monstruosidad. Pensar sobre el pensamiento conduce a la nada absoluta. Es el mundo material el único camino para hallar un sentido al fenómeno humano.

22-II-61

Decididamente no es posible lograr una determinada personalidad sobre la inapetencia absoluta. Hay que situarse. Tomar partido. Contemplar la vida desde un ángulo preciso. Hacerse con algo consistente – una vocación, una idea – que nos amarre a esta existencia.

23-III-61

Nada más arriesgado que ver claro; nada más incómodo que obrar en consecuencia.

Siempre están los que sirven a las ideas y los que se sirven de ellas.

Mientras haya un pobre, no se puede ser rico; mientras haya un desdichado, no se puede ser feliz. Esto sería, en lo social, la fiel expresión del pensamiento de Cristo.

…………………………………………..

La conciencia social nace de la individual y la transciende. Es la Humanidad que traba conocimiento consigo misma y se avergüenza de su condición. A estas alturas, una Humanidad sin conciencia sería un árbol seco, su destino, el fuego… Pero hay quienes tienen interés en que esta conciencia no progrese porque no saque a la luz sus ruindades.

Servir a la Verdad es integrarse en la línea recta que va de la primera explosión de Materia a la divina plenitud del Todo. Todas las demás son líneas muertas de problemático sentido.

…………………………………….

Dos fuerzas políticas hay en el mundo: una lógica y ofensiva, y otra tradicional y defensiva. De su lucha ha de resultar o la total victoria de la primera, o una síntesis superior. La segunda está condenada a perecer… o a hacer que perezca Todo.

21-IV-61

Va bien lo de Cuba. Castro se impone. Deben irse acostumbrando los americanos a contemplar cómo sus dominios se les escapan de las manos. La subversión mundial ya no es sólo de clases pobres contra ricas, sino de naciones subdesarrolladas contra naciones capitalistas.

30-IV-61

El amor propio es un arma de doble filo. Tan pronto sirve para avanzar, como para aniquilarse uno mismo.

El hombre es un animal que investiga. Cuando todo lo sepa no tendrá ya razón de ser.

19-I-61

Sigo leyendo “El pensamiento de Marx”. Hecha la crítica de la alienación religiosa y de la filosófica, me hallo en plena crítica de la alienación política, del mundo profano. Su lógica me parece implacable. Algunas cosas no llego a entenderlas del todo, sin embargo el gran lío viene cuando el jesuita critica al propio Marx, entonces no hay quien se aclare.

…………………

Hay un solo punto donde todas mis esperanzas en torno a la filosofía, a la ciencia y a la religión se concentran. Este punto se llama Teilhard de Chardin.

10-XI-61

Pierdo mucho tiempo. Me desespero porque nada coherente veo dentro de mí. Entonces clamo al Cielo para que imponga un orden progresivo y eficaz. Pero el Cielo sigue obstinadamente vacío… ¿No fuiste tú mismo el que lo despojaste de sus atributos? ¿No fuiste tú el que le arrebataste sus dones para otorgárselos a la humilde tierra? Pero he aquí que el peso es excesivo para tus débiles hombros. Quisieras perseverar. Tomar la curva ascendente, serena, de perfecto equilibrio. Pero… las nuevas razones no te sirven, ellas no te proporcionan las fuerzas suficientes. Por eso ¿se impone bajar la cabeza y tornar humilde a la antigua fuente de la fe y de la esperanza?

1-XII-61

El socialismo en todas sus clases y formas reduce al hombre presente a un ser de necesidades. Eso está bien. Ya es un paso adelante respecto al utópico ser de derechos. Pero, estas necesidades satisfechas – sea mañana, sea dentro de un montón de siglos – ¿cuál será entonces la tarea? Nos hallamos ante un artífice que construye delicada y tenazmente una máquina para que luego, cuando ya esté concluida, se dé cuenta de que no sabe para qué sirve. Este vacío debía haberlo llenado el socialismo materialista: redimido el hombre de su mundo miserable de necesidades insatisfechas, ¿cuál será su misión y su fin?

10-I-62

Necesito para contemplarme a mí mismo la perspectiva del espectador. Solo entonces llega a inspirarme el caso cierta simpatía.

28-II-62

Hay dos clases de personas que soporto difícilmente: los frívolos y los que gustan de dramatizar.

28-II-62

Sigo leyendo “El Conocimiento humano”. Russell me ha resultado un simple mecanicista. En serlo acierta, pero opino que no acierta en serlo simplemente. ¿No se pueden considerar las cosas bajo otro aspecto? Afirma que todo, incluso los más sublimes misterio de la vida y del espíritu pueden explicarse mediante procesos físico-químicos. Cierto. Pero esos procesos físico-químicos ¿cómo se explican? Y en todo caso habría que admitir una dirección latente en tales procesos que ha llegado a producir a lo largo de la evolución la Humanidad actual. ¿Casualidad? Tal vez, pero un azar que logra resultados tan complejos es ciertamente sorprendente. ¿Que tales procesos llevan por su propia esencia – o mediante la labor de la selección natural – a niveles siempre más complejos y elevados? Bueno ¿y no estaríamos entonces ante la fuerza psíquica rectora de la evolución de que nos habla Teilhard de Chardin?

17-III-62

Ningún juicio es puramente racional, en cuanto que no existe una razón humana que opere completamente independiente de los presupuestos físicos y socio-psicológicos del mismo individuo. El pensar, más que a las leyes de una lógica, obedece a las leyes de una causalidad. Pues no existen premisas sino causas.

………………………….

Cada vez me va resultando más difícil no advertir, por doquier, una finalidad. El absurdo aparente nada puede ya en mí contra esta convicción nada lógica, no sé de dónde nacida.

1-V-62

Estudio en casa. Y a la Universidad. Manifestación de adhesión a Asturias. Entra la policía. Me va de poco. Corro. Cogen a unos cuantos. Nueva experiencia…

22-V-62

Continúa la tensión política. Crecen las huelgas, según informes.

Los “grises” entraron otra vez en la Universidad – yo no estaba – y cogieron a mansalva. S. fue a la comisaría pero salió enseguida.

La otra noche fueron a buscar a M. a su casa. Sigue detenido, en la Modelo, según parece.

6-V-63

Podemos estar seguros de nuestras ideas, de nuestras creencias; de nuestros sentimientos, no.

El teléfono suena, y el ánimo se sobresalta. Tal vez sea esta la llamada que ha de cambiarlo todo. ¡Vana esperanza!

Uno es libre de hacer lo que quiera, se dice. Nada más falso. Uno es solo libre de hacer lo que hace.

El hombre no es ni fin ni medio solo. Es fin en sí y medio al servicio del hombre.

25-V-63

La naturaleza cobra sentido en nosotros. Nuestro sentido consiste precisamente en dárselo a la naturaleza.

Antes de la aparición del pensamiento, la Naturaleza estaba muda. No podía expresarse más que por bruscos movimientos dictados por una voluntad subterránea.

Y nació el Verbo sobre la tierra. Y la tierra se expresa ya. Pero aún no sabe exactamente lo que busca.

15-VII-63

Y de repente la necesidad de escribir. De plasmar todo un mundo interior, de problemática coherencia. Los sueños suceden a los sueños, los deseos a los deseos, mientras fuera, otra vida – debe ser la auténtica – discurre. La vida de las luces y los acontecimientos. La que no se quisiera vivir.

3-IX-63

El desconocimiento del propio valer y de las propias fuerzas es el peor de los males… Te desconoces: o te sobreestimas o te subestimas, y es lo último lo más corriente y lo que más perjudica.

22-XI-64

Hace un año que asesinaron a Kennedy. Ya no me interesa la política. La política como ciencia. Ni la política como actividad humana. No me interesa en absoluto. ¿Estaba equivocado antes? ¿Lo estoy ahora? En el fondo, siempre ha sido lo mismo. Un interés forzado. Tenía que justificarme de algún modo. Ahora, no necesito justificación.

23-XI-64

A las 7 en la Fac. Reunión con mi grupo. Me siento obligado a definirme. Ahora que tan lejos me encuentro de toda definición. Pero no hay que fomentar el escepticismo entre los jóvenes.

11-XII-64

Pienso a veces que no llevo la vida de un hombre normal. No me interesa ser normal, por supuesto. Pero, ¿y si es que efectivamente no tengo capacidad para ello? ¿Y si mi anormalidad es por defecto y no por exceso?

8-III-65

Justa opinión la de Papini; si Leopardi hubiese sido todo lo pesimista que afirmaba ser, nunca hubiese escrito una línea.

4-IV-65

En un principio me habló Papini. Más tarde Goethe. Ahora me llama H.Miller. No me importa su mundo ni su anécdota. Lo que me interesa es su espíritu. Captar su fuerza. Esa fuerza misteriosa que logra el milagro de que un hombre desarrolle ante sí el tapete de la vida y se ponga a dar brincos sobre él. El genio del arte. El secreto de construir y descifrar símbolos. Y no desfallecer.

AMIEL, MARAÑÓN, EL DIARIO Y YO. FIN DE LAS CITAS:

19-IX-65

El Amiel de Marañón es un anormal bastante corriente. Veo muchos puntos de contacto entre su personalidad y la mía…

Pero no estoy de acuerdo en la separación tajante que hace Marañón entre Diario íntimo y vida activa. En mi caso el alumbramiento de mi Diario fue debido a la típica necesidad del adolescente, eso es cierto. También es cierto que en los momentos en que la actividad crecía, la necesidad de comunicarse con el Diario íntimo se debilitaba. Pero no es menos cierto que los momentos de alejamiento de estas páginas correspondían también, y de una manera inevitable, a períodos de radical inconsecuencia conmigo mismo. Esto está claro. ¿Cómo siendo novio de T. hubiera podido, cada día, confesarme a mí mismo que en realidad no la quería? ¿Cómo últimamente hubiera podido reconocer constantemente la carencia absoluta de sentido práctico de mi vida? Y sin embargo en esto he concedido en muchas ocasiones.

Creo que, aparte de la vertiente típicamente adolescente, característica de todo Diario íntimo, hay otra que no sólo no aparta el transcriptor de una vida activa, sino que constituye el fundamento inherente a toda actividad seria. Me refiero a la necesaria unidad de la personalidad. No creo – al menos éste es mi caso – que nadie pueda ser radicalmente insincero consigo mismo en las páginas de su Diario ya que, de serlo y no llevar una vida medianamente consecuente, el tormento que esto representaría sería insoportable. Lo que ocurre es que nadie o muy pocos llevan una vida medianamente racional y consecuente, y entonces, eso está claro, puede decirse que el Diario aparta al hombre de la vida. Pero es que esa no es vida, o al menos auténtica vida, sino simple actividad desquiciada, inconexa, sin sentido. Sólo del hombre que con perfecta tranquilidad de conciencia lleva o puede llevar un diario íntimo, podemos decir que vive de un modo auténtico, que vive una vida de hombre consciente.

                                                            …..                                   ……

[Todo ello en cumplimiento de lo anunciado aquí ]

Deja un comentario

Archivado bajo Opus meum

Filosofía en porciones. Tres «pensadores». (A.E.P.15)

EGO.- Cada persona tiene su filósofo, lo sepa o no, y la metafísica atea del nuestro corresponde a quienes ni abdican de la razón ni piensan que, con ella, todo ha de ser de color de rosa.

ALTER.- Pero ha llovido mucho desde entonces. ¿Por qué esa fijación en un filósofo de hace siglo y medio? En filosofía, ¿tampoco hay progreso?

EGO.- No hay manera de saberlo. Pero, en realidad, lo que no hay es filosofía.

ALTER.- ¿En siglo y medio? Tú bromeas…

EGO.- Hay porciones. Un poco de estética por aquí, otro de ética por allá, unos tomos de teoría del conocimiento, otros sobre hermenéutica, un curso sobre el lenguaje, otro sobre semiótica en general…

ALTER.- Pero nadie se atreve a dar una visión de conjunto…

EGO.- Esa es la palabra, nadie se atreve. Y es que a algunos no les faltan ganas, pero, después de cien años de hablar de la imposibilidad de un saber total, de la desaparición de la misma totalidad ante la fuerza disgregadora de las particularidades, de la disolución o fragmentación del individuo, de la «anarquía de los átomos», que subvierte tanto la jerarquía de lo real cuanto el discurso que debiera imponerle un orden…después de aceptar todo eso como artículo de fe del pensar hoy homologable, quién se atreve a montar un sistema, una explicación global del mundo, cosa que ha sido la tarea propia del filósofo hasta mediados del siglo XIX…Schopenhauer y Marx fueron los últimos herederos de la ilustre saga que se inició con Platón y Aristóteles. A partir de Nietzsche se rompen no sólo los esquemas, sino hasta la posibilidad de trazar cualquier esquema global.

ALTER.- Pero esa imposibilidad ¿es cierta o no?

EGO.- En la esfera de la mente, es cierto lo que se tiene por cierto. Y, salvo rarísimas excepciones, todo pensar se acomoda al dogma de la época, por muy «transgresor» que se imagine. Así, que habrá que esperar la llegada de ese genio rarísimo, de la talla de un Kant, quiero decir, para ver si se puede dar la vuelta a la caótica dispersión inaugurada por Nietzsche.

ALTER.- No te cae simpático Nietzsche…

EGO.- No se trata de si…no, no me cae simpático, nada simpático. Verás, para empezar, lo que me ocurre con Nietzsche es que no lo entiendo. No quiero decir que no entienda lo que dice, no, lo que no entiendo es el sentido que pueda tener, para la comprensión del mundo y de mí mismo, el conjunto de lo que dice. En su obra, el pensar riguroso ha sido sustituido por la erupción anárquica de ideas, algunas geniales pero casi todas gratuitas. Su escritura es la de un adolescente en estado de exaltación maníaca. Como poeta, podría pasar. Y es que la locura no está reñida con la poesía, pero sí con la filosofía.

ALTER.- ¿Has pensado que tu diatriba indignará a tanto nietzscheano como corre por ahí?

EGO.- Y qué. También ellos me indignan a mí. Creo firmemente que si Nietzsche no hubiera existido, en el mundo habría menos confusión. Y eso sin tener en cuenta a tanto nazi-tarado que, sin haberlo leído ni por el forro, lo utiliza para justificar sus fechorías. Pero en fin, a lo mejor tienen razón en atribuírselo sin haberlo leído, porque, como decíamos antes, cada persona tiene su filósofo, lo sepa o no.

ALTER.- Ego, me gustaría que hablásemos de literatura…

EGO.- Sí, tienes razón. Ésa era la idea central de estos diálogos…pero, sin olvidar los otros mundos, recuerda. Además, Nietzsche es básicamente literatura. Pero, de acuerdo, yo también prefiero dejarlo.

ALTER.- Creo que ya ha quedado claro lo principal, según tú: que no es un pensador de tu agrado. También en su momento quedó claro qué otro pensador sí es de tu agrado. Y a propósito de esta palabra tan curiosa, «pensador», es raro ¿no?, recuerdo ahora que, hace una jornadas, apuntaste que, allá hacia el final de tu adolescencia, tres «pensadores» te despertaron de tu sueño dogmático. ¿Estamos ya en condiciones de saber quiénes son?

EGO.- Ningún problema. Son, o mejor dicho, fueron Papini, Séneca y Unamuno.

ALTER.- Curiosa combinación, ¿no? ¿Tienen algo en común?

EGO.- ¿Algo en común? La verdad es que no lo había pensado. A ver… para mí lo que más claramente tienen en común es… que los leí, los descubrí, al mismo tiempo, entre los 17 y los 18 años, primero Papini y a continuación los otros dos. Por lo demás, a parte de que los tres priman la ética sobre la estética y que, para los tres, la operación de pensar es un ejercicio personalísimo, nunca sujeto a autoridades incuestionables, no creo que tengan gran cosa en común.

ALTER.- De Papini apenas sé nada. ¿Fue filósofo?

EGO.- No, «pensador». En realidad fue un literato, autor de relatos cortos, de biografías muy personales, como las de Cristo y Dante, y de fantasías sobre el mundo contemporáneo y sus fantasmas, como El Libro Negro y Gog. Empezó a escribir hacia el 1900 desde una posición vagamente anarquista, muy del gusto de los transgresores de la época (era el momento de la muerte y ascensión de Nietzsche), luego participó en el movimiento futurista y finalmente se convirtió, o reconvirtió, al catolicismo. Como figura muy respetada, vivió estupendamente los años del fascismo, y murió en 1956, justa e injustamente olvidado.

ALTER.- Así, con esos cuatro trazos, no parece una biografía muy ejemplar, aunque sólo sea por su connivencia con el fascismo.

EGO.- ¿Lo acabas de leer en un artículo periodístico eso de «su connivencia con el fascismo»? Por favor, prescindamos de las frases hechas…y no seamos demasiado estrictos en eso de querer encajar los avatares vitales y profesionales con los de la política del país. O apliquemos la misma vara a todo el mundo. ¿Te has detenido a pensar cuántas celebridades de este país vivieron estupendamente, como figuras muy respetadas, durante los años del franquismo?

ALTER.- Sí, tienes razón, desde Cela, entre los ya muertos, hasta…

EGO.- ¡Por favor, respetemos la norma!

ALTER.- De acuerdo, me callo…. Pero, ¿qué es lo que te atrajo en Papini?

EGO.- La fuerza de su escritura. Me causó un impacto enorme. Por primera vez no estaba leyendo aventuras más o menos interesantes o clásicos más o menos fosilizados, sino algo que parecía escrito con la sangre del propio autor. Palabras y sangre era precisamente el título del conjunto de relatos que me lo descubrieron. Ya con la lectura del primero, Tres de septiembre, se me reveló de repente la posibilidad que el dogma oficial me había ocultado: la posibilidad de que la existencia humana no tenga ningún sentido. Papini es un escritor con una gran fuerza y una gran carga de profundidad. Pero esa profundidad no se refiere a unas ideas o conceptos determinados, sino que está en su misma fuerza, en esa manera al mismo tiempo directa y poética de desnudar al ser humano y abandonarlo ante las últimas cuestiones…que quizá no tienen respuesta.

ALTER.- Pero él sí eligió una respuesta.

EGO.- Podría no haberlo hecho, como no lo hizo al principio, y sin embargo su fuerza fue siempre la misma.

ALTER.- Pasemos a Unamuno.

EGO.- A diferencia de Papini, y de Séneca, Unamuno no fue por mi parte una elección o descubrimiento solitario. Ya estaba en el ambiente. Era el curso 57-58. A punto de irrumpir en el mundo no oficial universitario el marxismo y el existencialismo (como ves, hasta en la heterodoxia íbamos retrasados), lo más anti que corría por ahí era Unamuno y algún otro de la Generación del 98.

ALTER.- ¿Y qué sentido tenían esos autores en esa época?

EGO.- Yo creo que ninguno. Pero cierto falangismo no oficial los había puesto de moda.

ALTER.- ¿Qué relación hubo entre el falangismo y Unamuno?

EGO.- Yo creo que Unamuno, en algunas formulaciones del falangismo, ve reflejadas sus preocupaciones «nacionales» esencialistas. Pero lo que sí es cierto es que el falangismo bebió bastante de la fuente unamuniana. Hasta el extremo de que en la actualidad suelen confundirse algunas citas, como aquello de «me duele España», que más de una vez he visto atribuido a José Antonio, cuando en realidad fue Unamuno el padre del invento.

ALTER.- Acabó mal con el franquismo, ¿no?

EGO. Acabó casi antes de empezar, y con una dignidad ejemplar, que le redimió de cualquier simpatía precipitada que pudiera haber tenido por el «Alzamiento». Y su muerte casi inmediata nos impide comprobar que él no hubiera sido de los que vivieron estupendamente bajo el franquismo…Pero todo esto es el contexto de mi descubrimiento. Nada tiene que ver con lo que me atrajo de él.

ALTER.- ¿Y qué fue lo que te atrajo?

EGO.- Su sinceridad. Una sinceridad que consiste en ponerse él mismo como tema, y, a través de todas sus dudas e inquietudes, tratar de llegar al fondo de la cuestión, fondo que, precisamente por su sinceridad y honradez, no llegará nunca a alcanzar. Lo único que a cada cual importa y, por lo tanto, lo único que debe importar a la filosofía, viene a decir, es el hombre concreto, el individuo de carne y hueso que vive, goza, sufre y sabe que ha de morir. Lo único que de verdad conocemos es la experiencia de la vida, nuestra existencia concreta, que se manifiesta como un esfuerzo sostenido por seguir viviendo, por no dejar de ser…Pero, además, Unamuno no es tan «listo» como para echar por la borda la razón y subirse al carro del irracionalismo gratuito, y ahí el problema, ahí el conflicto que se desarrolla a lo largo de toda su obra. Por una parte, su experiencia interior, acorde con un hondo sentimiento religioso, le mantiene en el anhelo ferviente de una vida eterna. Por otra, los datos de la ciencia y el ejercicio de la razón reducen ese anhelo a la categoría de ilusión. Si hubiese sabido prescindir de la razón, como un auténtico irracionalista, no habría habido agonía (lucha) unamuniana; si hubiese sabido prescindir de su anhelo de eternidad, de su sed de fe, como un auténtico racionalista, tampoco. Pero su hambre de eternidad le impedía aceptar un racionalismo reduccionista, y su sano raciocinio le impedía abandonarse ilusamente a la «fe del carbonero». Esta era su tragedia.

ALTER.- Se le ha considerado un precursor del existencialismo…

EGO.- Con toda justicia. El fue, después de Kierkegaard, quien puso en el centro de la filosofía el individuo en su existir concreto, su angustia de saberse un ser para la muerte. Angustia que, para él, sólo la fe podría apaciguar… pero hacía ya tiempo que la fe había sido inmolada en el altar de la Razón.

ALTER.- ¿Puede decirse de Unamuno que fue un filósofo?

EGO. – No sé.  Yo creo que el calificativo que mejor le va es el de pensador.

ALTER.- Por supuesto…Te gusta la palabreja, ¿no?

EGO.- Es la que mejor se acomoda a ciertos casos. Me refiero a esos escritores que no se limitan a la creación estrictamente literaria, artística, sino que además suelen abordar a través de sus ficciones temas considerados del dominio de la filosofía. En Goethe tenemos el ejemplo más claro. ¿Quién osaría decir sin faltar a la verdad que, además de poeta, novelista y científico, Goethe fue filósofo? Y sin embargo, ha sido una de los grandes pensadores de la humanidad.

ALTER.- A Séneca sí que le va el calificativo de filósofo…

EGO.- No lo creas. Has de tener en cuenta que, a diferencia de los griegos, los romanos no se interesaron por la filosofía. De hecho, no produjeron ningún filósofo original. Cicerón no fue más que un divulgador de la filosofía griega, Séneca sólo nos ofrece una ética, tomada de los estoicos (griegos), y otro tanto puede decirse de Marco Aurelio. Y creo que no se podría nombrar ninguno más. Compara esto con la enorme abundancia de la filosofía griega.

ALTER.- Eran gente muy práctica los romanos, ¿no?

EGO.- Sí, con una actitud muy pragmática. Temas tales como de qué está hecho el mundo y qué posición ocupa en él el hombre no les interesaban gran cosa. En cambio, desarrollaron el derecho como instrumento para garantizar el orden social, y de la filosofía sólo cultivaron su aspecto más práctico, es decir, aquel que nos puede ayudar a discernir cómo hemos de actuar: la ética.

ALTER.- Se ha dicho que la ética de Séneca es muy parecida a la cristiana y, por otra parte, es sabido que fue consejero de Nerón, incluso en la época de los grandes excesos de éste. ¿Cómo se compagina lo uno con lo otro?

EGO.- Cómo se compagina la teoría con la práctica, la idea con la vida. Este es el dilema que todos hemos de sufrir y que muy pocos saben resolver. Lo normal es que los ideales o, dicho más modestamente, las buenas intenciones, queden muy malparadas en su confrontación con los imponderables de la vida práctica. Pero hay que reconocer que el de Séneca es, o parece, un caso extremo.

ALTER.- Ensalzaba la pobreza y era poseedor de una inmensa fortuna, ¿no?

EGO.- Eso no sería lo peor. Después de todo, lo que decía era que las riquezas habían de servir al hombre, no el hombre a las riquezas, Reflexión elemental que hoy sigue tan vigente, y desoída, como en su época. Lo peor eran los métodos que, al parecer, utilizaba para acumular riquezas y, por supuesto, sus turbias relaciones con el poder. Como consejero de Nerón parece que, al principio, trató de encauzar al joven emperador de acuerdo con sus propios principios éticos. Pero la cosa no fue fácil. Pronto Nerón empezó a mostrarse como lógicamente se ha de mostrar un adolescente débil de carácter, adulado por todos y que tiene todo el poder. Y sin embargo, Séneca no dejó de figurar a su lado. De hecho, era su ministro principal junto con Afranio Burro. Y a su lado estaba cuando, entre otras fechorías, Nerón hizo matar a su propia madre. ¿Aprobaba Séneca los crímenes del emperador? ¿Aguantaba en su puesto para intentar reprimirle en lo posible? ¿Era un adulador interesado? ¿O un honrado consejero humillado y resignado?

ALTER.- Podía dimitir.

EGO.- No, no podía. Incluso esta decisión había de contar con el beneplácito del tirano…Pero dimitió. Cuando Burro murió, sintiéndose sin fuerzas para luchar contra los que pretendían desalojarle del poder, comunicó al emperador su decisión de abandonar. Nerón no lo aceptó, pero él igualmente se retiró.

ALTER.- Con lo cual firmó su propia sentencia de muerte, ¿no?

EGO.- Bueno, al principio pareció como si Nerón se hubiese olvidado de él. Hasta que, tres años después, el descubrimiento de la conjuración de Pisón llevó al amedrentado emperador a buscar conspiradores bajo las piedras…y entonces se acordó de Séneca y…fin de la historia.

ALTER.- Se puede decir que la dignidad de su muerte le redimió de la ambigüedad de su vida.

EGO.- Sí, se puede decir. Pero, como comprenderás, no es su biografía lo que me atrajo de él.

ALTER.- Lo supongo. ¿Te hago la pregunta? ¿Qué es lo que te atrajo de Séneca?

EGO.- De hoc alio die.

(De Alter, Ego y el plan)

Deja un comentario

Archivado bajo Opus meum