Fausto

MUNDO, DEMONIO Y FAUSTO

Concebida primero como una obra teatral irrepresentable, estaba formada por tres actos. Pero, como la cosa daba mucho de sí, se fue ampliando a base de Jornadas hasta un total de nueve, que con los tres actos suman doce. Su redacción se inicia hacia el año 2000 y se acaba en 2007. Pero es posible que haya una continuación. De hecho hay una Jornada posterior de unas Nuevas aventuras de Fausto y Mefisto. La obra narra las andanzas de los dos personajes míticos por diversas épocas y lugares. Aunque en forma dialogada, podría ser calificada de novela filosófica, al estilo de algunas de Voltaire. (Está colgada, por August Becker, en https://es.scribd.com/document/26143427/Mundo-Demonio-y-Fausto-1 . Derechos de edición disponibles.)

FRAGMENTOS:

CARDENAL PRIMADO.- ¡Un examen! Usted está loco, doctor Listig, rematadamente loco.
MEFISTO.- No se preocupe. Será muy breve y elemental. Veamos (Mefisto se saca de un bolsillo una especie de agenda y un lápiz: irá leyendo las preguntas y haciendo una señal a cada respuesta), ¿qué es la Iglesia?
CARDENAL PR.- Vaya pregunta. La Iglesia es el cuerpo místico de Cristo, fundada por él mismo y encomendada a Pedro y sus sucesores.
MEFISTO.- ¿Es la Iglesia depositaria de la verdad?
CARDENAL PR.- Sí, la Iglesia Católica es la única depositaria de la verdad.
MEFISTO.- ¿Pero existe una verdad absoluta o es todo relativo?
CARDENAL PR.- Existe una verdad absoluta, que no puede cambiar con el paso de los tiempos. Nuestra época vive una dictadura del relativismo, que lo pone todo en cuestión menos a sí mismo.
MEFISTO.- Muy bien, muy bien. A ver, ¿quién recibe en el Nuevo Testamento el nombre de Príncipe de este mundo?
CARDENAL PR.- El Diablo es el príncipe de este mundo.
MEFISTO.- Pero, ¿qué es el Diablo?
CARDENAL PR.- El Diablo es una presencia misteriosa, pero real, personal, no simbólica. Es una realidad poderosa, una maléfica libertad sobrehumana opuesta a la de Dios.
MEFISTO.- Muy bien, muy bien. Conseguirá que me emocione… ¿Y qué me dice de todos esos, algunos incluso cristianos, que argumentan que el Diablo no es un ser real?
CARDENAL PR.- Que sus argumentos no tienen ningún valor. Porque no se basan ni en las Escrituras, ni en la Tradición, ni en la Doctrina, ni siquiera en un razonamiento riguroso, sino que se basan en la mentalidad del hombre contemporáneo. Es decir, que obedecen a la corriente general que ha decidido que todo lo que resulta incomprensible para el hombre medio de hoy ha de ser suprimido. Y ya me dirá qué clase de mundo nos quedaría si así fuese…pura chatarra.
MEFISTO.- Eminencia, le felicito. He de decirle que ha superado todas mis expectativas. Nadie más digno que usted para ocupar la silla del apóstol Pedro. Mañana, con la fumata bianca, se aireará su nombre hasta los confines del universo.
CARDENAL PR.- (alzando al cielo los ojos en blanco) Fiat voluntas tua.

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ISABEL.- No, pero ya vale. En cine no es muy importante ser buen actor.
RAFAEL.- Oye, ¿qué quieres decir? Yo era…soy un buen actor. Has de saber que entro y salgo de los personajes como la serpiente de sus camisas…Pero, bueno, parece que quieres proponerme…
ISABEL.- Que hagas el papel de Mefisto. Por favor, no me digas que no…
RAFAEL.- No te digo que no…ni te digo que sí, de momento. En principio, estoy por decir que no.
ISABEL.- ¡Por favor!
RAFAEL.- Pero no soy inconmovible…Así, que también puedo decir que sí, siempre…siempre que tú, por tu parte…me hagas un favor.
ISABEL.- Pídeme lo que quieras. Pero ve con cuidado con lo que pides…que estoy muy predispuesta a aceptar.
RAFAEL-MEFISTO.- No te preocupes, yo no comercio con cuerpos…
ISABEL.- (¡Vaya!)
MEFISTO.- Estoy dispuesto a hacer de Mefisto… siempre que des a Enrique el papel de Fausto.
ISABEL.- ¿Enrique? ¿Y ése quién es?
MEFISTO.- Lo acabas de ver en la prueba, en los estudios.
ISABEL.- ¿Aquél? ¿Aquél que hablaba de aquella manera tan relamida…y que apenas sabía moverse? ¿Lo dices en serio? ¿Pero qué le has visto a ese tipo?
MEFISTO.- A ver, yo soy el guionista, el autor de la historia, yo he creado los caracteres y sé cómo son por dentro…y sé que ése Enrique…es Fausto.
ISABEL.- Pero si…apenas sabe actuar.
MEFISTO.- En cine no es muy importante ser buen actor, ¿recuerdas? Fabrizio ya hará con él lo que tenga que hacer…Además, sobran explicaciones. Yo te hago un favor a ti y tú me haces un favor a mí…¿Hay trato?
ISABEL.- (estrecha con sus manos las manos de Mefisto) Hay trato. Rafael…eres el mismo Diablo.