Entre los 15 y los 18 años prestó servicios en la corte ducal de Gandía, donde prosiguió su formación tanto en el campo de las armas como en el de las letras, siguiendo en esto la tradición familiar.
Investido caballero en 1420, formó parte de la armada del rey Alfonso el Magnánimo y participó en la primera campaña italiana, combatiendo en Cerdeña y Córcega. Regresó a Valencia (dícese que aquella navegación de regreso le inspiró el bellísimo
Tres años después Ausiàs participó en la lucha contra los piratas norteafricanos. Fue la última de sus aventuras exteriores. Pasó el resto de su vida entre sus residencias de Gandía y Valencia, cuidando de sus intereses señoriales. Como premio por los servicios prestados, se le concedieron determinados derechos jurisdiccionales sobre sus señoríos y fue nombrado Halconero mayor del reino, cargo de gran relevancia en la época, que ostentó durante cinco años.
Retirado de la vida militar, nuestro poeta se dedicó de pleno a lo suyo: la creación literaria, el enamoramiento o seducción de mujeres y la organización y
En 1439, hacia los cuarenta años de edad, contrajo matrimonio con Isabel Martorell, hermana de Joanot, el autor de la novela Tirant Lo Blanc, obra famosa entre otras cosas por haber sido elogiada y salvada del fuego en el escrutinio de la basura caballeresca que tiene lugar en el Don Quijote de Cervantes. Pero Isabel murió a los pocos meses.
En 1443 casó con Joana Escorna, quien murió al cabo de once años, dejando al poeta hondamente abatido, si es cierto, como se supone, que los Cants de Mort le están dedicados.
Tuvo cinco hijos – ninguno de ellos de sus dos matrimonios – a los que en cierto modo reconoció favoreciéndoles en el testamento, aunque uno ya le había precedido.
Ausiàs March murió en Valencia el 3 de marzo de 1459.
No obstante estar escrita en una lengua relativamente minoritaria en el mundo literario (si pensamos por ejemplo en el omnipresente italiano de Dante, Petrarca, Boccaccio, etc.), la obra de Ausiás March alcanzó pronto amplia resonancia. Ya en vida fue reconocido y seguido e imitado. El Marqués de Santillana, que lo conoció personalmente en la corte de Barcelona, escribió de él: “Mosén Ausiás March, el qual aún bive, es grand trobador e omne de asaz elevado espíritu”. Décadas después, antes de que se publicase la primera traducción al castellano (1539), Garcilaso de la Vega muestra y reconoce su influencia, y así otros varios poetas hasta llegar a Quevedo. De hecho, habían de pasar varios siglos para que la poesía en lengua catalana volviese a alcanzar el nivel en que la había situado Ausiàs March.
Tengo entre mis notas unas líneas en francés cuya origen, dado mi peculiar modo de trabajar, me es imposible precisar ahora. Tanto da, lo que importa es el contenido, que suscribo por entero:
Le plus grand poète de langue catalane du XVe siècle, Ausiàs March, nous laissé une vaste oeuvre dont l’apparente hétérogénéité se résout dans l’exploration incessante de la nature de l’homme. La grandeur de sa poésie, à la beauté rude et violente, est d’avoir montré, au moyen d’images sombres et puissantes, les failles et les insuffisances de l’anthropologie médiévale et d’avoir su, par ces mêmes procédés poétiques, y apporter une réponse non pas théorique mais poétique, d’une puissance inégalée.
La poésie d’Ausiàs March est un univers poétique sombre…
Nada que añadir.
Bueno, quizá una traducción:
“El poeta más grande en lengua catalana del siglo XV, Ausiàs March, nos ha dejado una vasta obra cuya aparente heterogeneidad se concreta en la exploración incesante de la naturaleza humana. La grandeza de su poesía, de una belleza ruda y violenta, consiste en haber mostrado, por medio de imágenes sombrías y potentes, los fallos y las insuficiencias de la antropología medieval y, por los mismos procedimientos poéticos, haber sabido aportar una respuesta no teórica sino poética, de una fuerza inigualada. La poesía de Ausiàs March es un universo poético sombrío…”
Y aquí, una de sus más bellas composiciones, cantada por otro poeta valenciano: