El Carnaval visto por Larra visto por mí

larra-carnavalLos carnavales están hechos para divertirse, dicen. Pues yo he de confesarte que, desde que se restauraron en todo su esplendor, no he encontrado en ellos otra cosa que un fácil motivo literario (¿quién puede sustraerse a la transparente simbología que los usos y abusos de esas fiestas ofrecen al escritor de costumbres?), pero divertirme, lo que se dice divertirme, si es que alguna vez he pensado seriamente en ello, nunca se me ha ocurrido asociarlo con el Carnaval…

“¿Me conoces?” “Te conozco”, dícense sin cesar las máscaras como pronunciando la fórmula precisa de un misterioso ritual. Este es el eje central de toda la ceremonia…y, ahora que lo pienso, también de toda la vida social, porque, en el fondo, toda comunicación humana no consiste en otra cosa que en escenificaciones varias de ese mismo ritual. Uno se pone la máscara más respetable y le dice con palabras cifradas al otro “¿me conoces? ¿sabes en realidad lo que pretendo y lo que espero de ti?” Y el otro estudia, comprende y responde con palabras cifradas “te conozco, no tienes por qué preocuparte, ya he entendido lo que a los dos nos conviene”.

¿Me conoces?, me pregunta con cifradas y rudas palabras el marido digno pero prudente; te conozco, le respondo con mis propias palabras cifradas. ¿Me conoces?, me pregunta con cifradas y suaves palabras el manso y fiel guardián del honor familiar; te conozco, le respondo con mis propias palabras cifradas. ¿Me conoces?, me pregunta con leyes y decretos y programas (que son las palabras más cifradas que existen) Don Juan Álvarez Mendizábal; te conozco, le respondo con mi nada cifrado artículo Dios nos asista, que es como para darse por muy bien conocido y no estar encantado de ello precisamente.

(De El corzo herido de muerte)

 

Deja un comentario

Archivado bajo Opus meum

Deja un comentarioCancelar respuesta