Entre los seis y los once años viajó con la nueva familia por Inglaterra y Escocia, pasando breves temporadas en diversos internados, uno de los cuales convertiría en escenario del relato William Wilson, en el que aparece la figura típicamente romántica del Doppelgänger (doble fantasmal de uno mismo).
Tras el regreso a Richmond, estudia en los mejores colegios, donde recibe la
A los catorce años ya escribía versos y se sabe que uno de sus primeros poemas, de amor naturalmente, fue el dedicado a la madre de un compañero de estudios (To Helen). A los dieciséis vive un breve idilio con la joven Sarah Elmira, pronto abortado por ambas familias, que tienen otras ideas sobre el futuro de sus hijos respectivos.
En 1826 ingresa en la Universidad de Virginia para estudiar lenguas. Se muestra como un alumno brillante, algo presuntuoso y bastante fantasioso o imaginativo acerca de ciertas historias o viajes que en realidad no había vivido. Como actividad colateral propia de la vida estudiantil, se inicia en el alcohol y el juego. La negativa del padrastro de asumir sus deudas de juego provoca la ruptura y la salida del joven de la universidad.
En 1829 muere la “madre” Frances. Conmocionado, va en busca de su tercera madre (a la primera y biológica no la conoció) y pasa una temporada en Baltimore con ella – la tía paterna Maria Clemm – y la hija de ésta, la prima Virginia Eliza, con la que se casaría años después.
En 1830, en un intento de reconciliación con el “padre”, acepta ingresar en la academia militar de West Point. Pero, reacio por completo a la extrema disciplina militar que ahí se vive, se hace merecedor de un consejo de guerra por abandono del servicio y consigue que le expulsen. Este hecho, y el nuevo matrimonio de Allan, provoca la ruptura definitiva entre los dos.
Tras pasar por Nueva York, vuelve a Baltimore para reunirse con sus queridas tía y prima. Publica otra serie de poemas, que obtienen cierto reconocimiento. Pero, ante la tozudez de los hechos, decide escribir cuentos con la intención de colocarlos y obtener algún dinero que alivie la extrema pobreza de la familia. En 1832 consigue publicar cinco relatos en la revista de Filadelfia Saturday Courier y un año después obtiene un premio de 50 dólares, que otorga un periódico de Baltimore, por el relato Manuscrito encontrado en una botella.
En 1834 muere John Allan y, como colofón de la curiosa relación que han mantenido, no le deja nada en herencia. Un año después Poe entra de redactor en el Southern Literary Messenger, de Richmond, al que reingresa después de un episodio de despido debido a su adicción a la bebida, cada vez más visible y escandalosa. Y no obstante, su paso por la revista se traduce en un incremento de ventas de 700 a varios miles de ejemplares, al tiempo que le permite dar salida a sus relatos, reseñas, críticas y poemas.
En 1836 contrae públicamente matrimonio – un año antes se habían casado en secreto – con su prima Virginia, de 13 años. Al año siguiente deja el Southern y se
En 1842 se declara la enfermedad de Virginia (tuberculosis) lo que le sume en una honda depresión y agrava su dependencia del alcohol. Deja el Graham’s y se traslada a Nueva York, donde consigue el cargo de redactor-jefe del Broadway Journal. En enero de 1845, con la publicación de El Cuervo en el Evening Mirror, que obtiene gran éxito popular, alcanza la fama máxima que conoció en vida. Pero, tras unos meses de gloria, el abismo de la vida vuelve a mostrar sus negras fauces.
En 1846 el Broadway cierra por falta de liquidez. Edgar, la esposa y la suegra-tía tienen que vivir en la pobreza más extrema. A principios del año siguiente muere Virginia, con quien Edgar estaba unido por un amor que era envidiado por los ángeles del Cielo
The angels, not half so happy in heaven,
went envying her and me.
Los dos años siguientes los pasó Edgar entre la desesperanza y la esperanza, entre los delirios del alcohol, que potenciaba hasta niveles que no podemos imaginar su ya de por sí fogosa imaginación, y los remansos poéticos en los que hubo ocasión para aquellos enamoramientos normales en alguien como él tan sensible a la belleza. Incluso reapareció la amada de la adolescencia, Sarah Elmira, y se habló de reanudar la vieja relación truncada.
Todo iba razonablemente bien aquellos días de septiembre de 1849. Hasta que, después de una breve gira por Richmond, Norfolk y Filadelfia, pronunciando conferencias sobre su teoría poética, Poe desaparece. Días después, el 3 de octubre, se le encuentra delirante, semiinconsciente, en una taberna de Baltimore. Llevado a un hospital de Washington, muere el 7 de octubre. Delirium tremens, se dijo. Pero nadie sabrá nunca el nombre verdadero de la vorágine que finalmente acabó con él.
A bote pronto recuerdo a tres autores, hay muchos más, que murieron en “la vorágine” alcohólica : Poe, Malcolm Lowry, Joseph Roth. Estos dos últimos dejaron sendas obras con descripciones espléndidas, Bajo el volcán de Lowry y La leyenda del santo bebedor de Roth. De los textos de Poe no recuerdo ninguno relacionado con el alcohol.
Tengo una edición de los cuentos de Poe en dos tomos en Alianza bolsillo con un prólogo excelente de Julio Cortázar.
Por último, una anécdota menor, creo que a mi apreciado E.L.Doctorow, su padre le llamó Edgar en honor a Poe…
Otros dos escritores excelentes, esos que citas, a Lowry lo tengo en la lista. Es verdad que, a diferencia de estos dos, Poe no utilizó su adicción como tema literario. La razón, creo yo, está en que por entonces aún no estaba de moda exhibir los propios vicios.