A medida que la influencia de la cultura griega se afianza en Roma, se va despertando entre los varones un interés antes desconocido: el cuidado del cuerpo, no ya como necesario entrenamiento para la guerra, sino con fines exclusivamente narcisistas, se podría decir.
Séneca, en carta a su supuesto amigo Lucilio, advierte y aconseja:
………….
… hombres que reparten su tiempo entre el óleo y el vino y tienen el día por bien
aplicado cuando han sudado suficientemente, y para reparar el líquido que de esta manera perdieron han ingerido ya en ayunas mucha bebida para que penetre más adentro. Beber y sudar constituye la vida...(CML, XV)
Y le recuerda que, no solo estas costumbres, sino otras que se consideran más normales, como el baño diario, eran desconocidas entre los antepasados:
Y aun, para que lo sepas, no se lavaban cada día, pues, según dicen aquellos que nos han trasmitido la relación de las costumbres antiguas, se lavaban cada día los brazos y las piernas, que se ensuciaban con el trabajo; lo demás del cuerpo solo lo hacían los días de mercado. (CML, LXXXVI).
(traducciones, Jaume Bofill i Ferro)
Entiendo que durante miles de años, la supervivencia iba ligada a la fortaleza corporal. Entre los paupérrimos habitantes terrestres seria una demostración de que quienes lo ostentaban tenian capacidad para conseguir alimentos, defenderlos, y procrear con las hembras más sanas (más o menos como les ocurre a la mayoría de especies) y sin duda sería un requisito esencial para ocupar puestos de poder. En sociedades más sofisticadas, un cuerpo fuerte y esculpido tendría más connotaciones artísticas que de liderazgo, salvo en el campo de batalla y aún con reservas.
Es lógico que un físico agradable predisponga a un mejor inicio en cualquier tipo de relación. Lo que ya no se entiende es, en los tiempos que corren, la veneración por esos cuerpos, a mi entender, antinaturales, conseguidos a base de horas de esfuerzo, sudor y agua. Si Séneca nos viera pensaría, y con razón, cuanto tiempo malgastado y alejado del “verdadero goce de la vida”.
Eso es.