LA ALTA FANTASÍA (DANTE ALIGHIERI) Fragmento I

700 años de la muerte de Dante
Entre el 13 y el 14 de septiembre de 1321 Dante Alighieri, uno de los más grandes poetas que ha dado la humanidad, murió en Ravenna, donde vivía la última etapa de su exilio, forzado, hacía veinte años, por el triunfo de los enemigos políticos en su Florencia natal. Por aquí, apenas se ha conmemorado o dicho nada al respecto. Yo, hace unos años, escribí una novela dentro del estilo que he venido cultivando (Catulo, Cicerón, Schopenhauer, Larra, Petronio). Se titula “La alta fantasía (Dante Alighieri)” y no se ha publicado. La verdad es que no he puesto especial empeño en su publicación. Ahora me arrepiento. Pienso que, a mi edad, una de las cosas que me consolaría de tener que dejar este mundo sería ver publicada (y leída lo más posible) la obra citada. Y he pensado que, desde algunas redes sociales como ésta, quizá podría llegar mi especie de reclamo a algún editor interesado y valiente (practicantes del Ghosting, abstenerse). Y he decidido lo siguiente: a partir del próximo día 6, es decir, nueve días antes del Aniversario, iré publicando aquí (mediante enlaces a mi Blog) ciertos fragmentos de la novela, que he seleccionado yo mismo; por orden de aparición en la obra, pero no seguidos, es decir, salteados.

Las nubes se han rasgado y la claridad se abre paso, extraña luz. ¡Qué paisaje tan hermoso! Lo reconozco. Aquello es Fiésole, encaramada en la colina, y a sus pies, abrazada al río, la ciudad. Nunca creí que pudiera verla desde esta altura. Es como si suavemente volase sobre un ángel alado. El palacio de la Señoría, Santa Maria Novella, y San Giovanni, donde recibí las aguas bautismales, y más allá, el barrio de San Martino, donde nací… Y ésa es mi casa natal, pero no estoy ahí. Falta una hora para el mediodía y no estoy en la casaYa sé, he salido con mi padre. Le acompaño a casa de los Portinari. Son gente muy rica y muy buena, Dante, supongo que me harás quedar bien. ¿A ver? Estás muy guapo. Si tu pobre madre pudiese verte…”

Es el primer día de mayo y la primavera estalla por doquier, en la hierba que rompe la tierra dura de las calles, en las flores de los árboles que asoman sobre los muros de los huertos urbanos, en la verde enredadera que trepa por esos muros, en el trinar incesante de los pájaros. Las calles de Florencia huelen muy bien, nunca lo había notado como ahora. Es muy hermosa mi ciudad. Aún no he cumplido nueve años pero ya siento que la amo con todo mi corazón. Enseguida estamos. Cruzamos la calle Santa Margherita y llegamos a Corso Por San Piero.

En casa Portinari hay un amplio jardín reservado para los niños. Se sirven dulces y refrescos. Y entonces sucede aquelloaquello que ninguna lengua humana puede fielmente describir, aquello que ninguna mente humana puede correctamente razonar, aquello que sólo la poesía, la alta fantasía, puede imaginar…

¿Quién era aquella niña, papá, aquella niña, vestida de rojo, a quien todos llamaban Bice?

¿Bice? Ah, ya, Beatriz, la hija de Folco Portinari. Es guapa, ¿verdad?¿Qué te pasa, hijo? Estás pálido como un muertoAlgo no te ha sentado bien.

Papá, beatus quiere decir feliz, ¿no?

Eso creo¿en qué estás pensando?

Contesté con un suspiro, y seguí caminando hasta casa, pálido como un muerto, porque, en efecto, aquel que hasta entonces era acababa de morir. Incipit vita nova.


Ver: Fragmento II

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