Donec eris felix multos numerabis amicos, tempora si fuerint nubila solus eris.
Porque el hombre era romano y todos los romanos no analfabetos de entonces escribían en latín, y los más cultos también en griego. Si hubiese escrito como nosotros, lo habría dicho más o menos así:
Mientras seas feliz contarás con muchos amigos,
si el tiempo se nublase, estarás solo.
Y es que además era poeta, es decir, de esa clase de escritores que buscan las mejores palabras para expresar con eficacia las cosas esenciales.
Para Publio Ovidio Nasón, que este era su nombre, las cosas esenciales eran el amor, la mujer y la belleza de las formas humanas y divinas, siempre cambiantes. Esta era la toda materia de que estaban hechos sus versos antes de que el cielo se colmase de nubes.
Amores es un conjunto de poemas, repartidos en tres partes, en los que el narrador, el poeta, nos cuenta las penas y alegrías de su pasión por una joven hermosa, a la que llama Corina. A ella se dirige la mayoría de los poemas, de manera que el lector se convierte en una especie de observador privilegiado de una historia casi íntima: la cena elegante donde el poeta sufre ante la visión de la amada acompañada de su marido; la descripción de una alcahueta; las ideas y venidas de una esclava con cartas amorosas; el disgusto del amante ante el cambio de color del cabello de la amada; los ruegos al portero para que no le impida verla; las infidelidades de ella; las infidelidades de él con una esclava de ella, negadas por el poeta ante Corina y a continuación confesadas por él mismo dirigiéndose a la esclava… Hacia el final lo conflictivo va ganando espacio. Se plantea el tema de la posibilidad de amar a dos personas a la vez, las infidelidades no cesan y el narrador-poeta se pregunta si las penas compensan las alegrías del amor.
Si Amores es un conjunto de escenas y “experiencias” de la vida erótica de la
La respuesta a esas preguntas se halla en el librito que escribe a continuación: Remedia amoris (Remedios del amor), donde, para acabar con el amor que se ha convertido en un tormento de la mente, da una serie de consejos que, sin duda, aprobará cualquier psicólogo sensato de nuestros días: huye de la ociosidad, porque el amor retrocede ante la actividad; viaja, marcha muy lejos y no tengas prisa en volver hasta que no estés curado; evita los lugares cómplices (“aquí estuvimos”); recuerda las malas pasadas de tu amada; ten presente sus defectos físicos e incluso exagéralos: si es llenita, recuérdala gorda, si bajita, enana, etc.; procura verla por la mañana cuando aún no se ha arreglado, o haciendo sus necesidades; busca otras amigas, porque todo amor es vencido por un nuevo amor; no hables del asunto ni te vanaglories de tus progresos, porque quien dice muchas veces “no amo” es que ama. Y sobre todo, es decir, el que me parece más sutil y efectivo, actúa como si no la amases, pues quien puede fingirse sano, sanará (qui poterit sanum fingere, sanus erit).
Heroídas es una obra poética compuesta por veintiuna cartas, supuestamente escritas en su mayoría por diversas mujeres de la mitología (heroínas), una de la historia (Safo) y tres por personajes masculinos, también mitológicos. Aunque había precedentes, sobre todo en el teatro, corresponde a Ovidio el mérito de haber
La obra perfecta de Ovidio se titula Metamorfosis. Consta de quince libros escritos en hexámetros (verso tradicional de la épica romana) en los que se cuenta nada
Pero si vamos más allá de sus aspectos formales, encontraremos al Ovidio de siempre. Quiero decir que, si bien las metamorfosis son el hilo conductor aparente, la verdadera fuerza que mueve todas las historias es la pasión. La pasión amorosa es lo que empuja a dioses, hombres, mujeres y diosas a moverse unos hacia otros, o a huir transformados en árbol, animal, piedra, constelación…
Las obras de la segunda etapa de su vida (Tristes, Desde el Ponto) son muy diferentes de las anteriores, en el tono y en la intención. Para que se diese ese cambio tuvo que ocurrir algo terrible; una de esas cosas que a veces trama el destino sin participación consciente del individuo. Y es que hasta entonces todo había ido bien. Muy bien. (Continúa)
Excelente artículo, Estoy deseando que llegue mañana, aunque más o menos ya se lo que va a acontecer, pero explicado por tí resulta tan fascinante.
Gracias.
Me ha encantado.
Gracias.
El amor proporciona la energía para iniciativas impugnadoras del orden existente que,de otro modo,dificilmente los seres humanos nos atreveríamos a emprender.
Y la injusticia, y el desespero, y la rabia, y……Sin restar méritos al amor, hay otros sentimientos que también acumulan la energía necesaria para romper órdenes establecidos.
No sé, Norberto, depende. También puede ser una escapatoria, perfectamente legítima, por supuesto