Melancolía de Navidad

No, no es por la repentina conciencia del tiempo que pasa
inmisericorde, ni por la nostalgia de la infancia y la juventud perdidas, ni por el obligado recuerdo de los que ya no están con nosotros. La melancolía de la Navidad es para mí algo consustancial de las mismas fiestas. Antes, ahora y tal vez siempre.

La mañana soleada, el paseo matutino de los niños con el padre, mientras las mujeres ultiman en casa todo lo necesario. El gran aperitivo, la profusión de vasos, copas, copitas , tacitas y toda suerte de cubiertos sobre la mesa, con impolutos manteles blancos bordados. Y la larga y ancha procesión de manjares, el vino, el champagne (aún no llamado “cava”), los barquillos, el café, los turrones, el jerez, los licores (todo está permitido ese día incluso para los pequeños).codorniu

Y mientras los mayores cuentan viejas historias familiares, mil veces oídas, y la tarde es ya noche oscura en el exterior, uno de los hijos, ya adolescente, se derrumba sobre un sillón, ofuscado por la bebida y la calidez del ambiente, quizá soñando con huidas imposibles. Toma una revista que está a su alcance, la hojea con desgana y, de pronto, se detiene en una página. Trata de poesía, de la Navidad y de un gran poeta catalán muerto hace unas décadas. Lee:

Sento el fred de la nit i la simbomba fosca…

El adolescente siente que hay algo mágico en ese lúgubre inicio. Sigue leyendo… y acaba:

Demà posats a taula oblidarem els pobres
-i tan pobres com som-
Jesús ja serà nat
Ens mirarà un moment a l’hora de les postres
i després de mirar-nos arrencarà a plorar.

Y es entonces cuando se le muestra al mismo tiempo el misterio de la poesía y la insoportable melancolía de la Navidad. Porque también él, como Jesús, llora ante la irremediable pobreza de los hijos de este mundo.

10 comentarios

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10 Respuestas a “Melancolía de Navidad

  1. Me encanta el relato, lo comparto totalmente.
    ¡Felices Fiestas! En lo posible, claro está.

  2. Un año ha pasado y muchas lecturas desde que descubrí este blog. Fue con esas mismas melancólicas reflexiones que penetré en el Universo Priante. Me gusta releerlo pues no ha perdido una pizca de su sentido. Por más Navidades que transcurran, siempre habrá -eso espero-, nuevas almas que se incorporen al sentimiento universal de melancolía por los pobres hijos de este mundo, y Jesús no dejará de continuar llorando por ellos.

  3. rexval – M'agrada Wagner, l'òpera, la clàssica en general i els cantautors, sobretot Raimon i Llach. M'interessa la política, la història, la filosofia, la literatura, el cinema i l'educació. Crec que la cultura és un bé de primera necessitat que ha d'estar a l'abast de tothom.
    rexval

    No hay nada más triste que un niño triste en Navidad, apropiamiento cristiano de las paganas saturnales romanas en honor de Saturno que marcaban el solsticio de invierno. Ahora la Navidad es un aquelarre consumista en un mundo donde 2 de cada 3 no tienen qué comer.¿Qué será preferible las orgías romanas o las orgías consumistas navideñas?

    Salve!

  4. Para mí, esa melancolía no es insoportable, sino dulce… Al punto de que la Navidad no tendría sentido sin ella, el placer de la tristeza. ¡Feliz Navidad!

  5. antoniopriante
    antoniopriante

    Siento el frío de la noche
    y la zambomba oscura,

    ———- ———–

    Mañana, sentados a la mesa, olvidaremos a los pobres
    – tan pobres como somos.
    Jesús ya habrá nacido.
    Nos mirará un momento a la hora de los postres
    y después de mirarnos romperá a llorar.

  6. Desde la adolescencia arrastro un sentimiento ambivalente hacia la Navidad. Por una parte, siento desde entonces esa «insoportable melancolía» que resalta Norberto, aunque más aplicable a la Nochebuena que a la Navidad. Quizá por lo artificioso de que un día concreto haya de ser forzosamente distinto en todo lo que sabemos. Por otra, hay la nostalgia de navidades antiguas a pesar de que en ellas se diera también esa melancolía y un sentido de respeto amoroso a lo que la navidad ha significado tantas veces para muchos, como ocurrió en la primera gran guerra.
    En realidad, no deja de ser un sentimiento adecuado. En Navidad se recuerda lo sagrado que impregna el mundo bajo la forma mítica de la soledad familiar que acoge el nacimiento heroico. Podríamos decir que la primera navidad, tal como se describe por quienes no la presenciaron, fue ya melancólica y, a la vez, cargada de la felicidad del nacimiento … en soledad. Alegre y triste a la vez.
    Esa primera navidad ya nos enfoca ante el misterio, no de belenes, sino el de cada uno. Y eso, a veces, es insoportable, especialmente si se reviste de la parafernalia festiva.
    En cualquier caso… Feliz Navidad !!

  7. Me encanta,la frase «La insoportable melancolía de la Navidad».

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