He decidido poner fin a esta situación, olvidarme un poco de este sistema de comunicación instantánea y ponerme a construir un libro. Una obra.
Para ello, he retomado una vieja idea: escribir una especie de ensayo en el que vayan de la mano los comentarios de los libros y autores que más me han influido, junto con alguna pincelada del momento, personal y social, en que los leí.
Un título se me impuso enseguida: Los libros en mi vida. Lamentablemente ya lo había utilizado Henry Miller en su interesante The books in my life. No es que yo crea que los títulos – y aún menos los tan obvios y funcionales como éste – puedan ser objeto de apropiación exclusiva, pero preferiría algo más propio, más original. Al final di con uno: Mis escritores vivos. La verdad es que no me convence, pero mientras no se me ocurra nada mejor, ahí está.
La obra no la imagino – porque de momento todo es imaginación – como un sesudo ensayo literario, ni como un pretexto para colocar recuerdos (memorias) de un tipo anecdóticamente tan poco interesante como yo. Más bien la imagino como un distendido ejercicio de nostalgia y de homenaje a aquellas personas que me acompañaron en mi caminar ideal por el mundo. En cuanto al tono, solo pretendo conservar, depurar y en definitiva mejorar, el que utilicé en mi última obra publicada, rebajando un poco lo desenfadado y “gracioso” del texto en cuestión. Los que hayan leído Del suicidio considerado como una de las bellas artes sabrán a qué me refiero.
Y como despedida, una cita que le va a mi propósito como anillo al dedo:
“Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído” J.L. Borges
(Modificado en Los libros de mi vida (corregido) )
¿Lo de Jorge Ernesto Borges es algún tipo de cachondeo?
Es un error. Corregido. Gracias. Lo siento. Y sobre todo siento que mis escritos solo te hayan sugerido ese comentario. En fin…cada cual a lo suyo.
“Los libros en mi vida” es algo que hay que publicar en papel. No me puedo creer que no haya un editor que se atreva con ello.
Amigo Jesús, yo sí me lo creo. No sé si leíste mi “Carta de un escritor casi desconocido”.
http://antoniopriante.wordpress.com/2013/05/20/carta-de-un-escritor-casi-desconocido-2/
Ahora te vas, todos lo sienten, pero cuando vamos a inbernar para el parto de un nuevo hijo, hay que vivir el tiempo de la gestación. Yo me quedo leyendote con el espirito y esperando la maravillosa obra que nos brindara. Gracias, Antonio.
Gracias por tu interés, Marly. Pero si ves la última entrada del blog comprenderás que no hay que hacer mucho caso de los propósitos que proclamo.
Esos primeros libros libros son también los míos, después seguimos caminos diferentes. Ánimo y sigue con la empresa.
Mati
Claro, Mati, muchas cosas compartimos. Hasta los padres. Un beso.
Hola Antonio:
También me apunto a la frase de Borges. Te deseo un delicioso tiempo de escritura. Que lo disfrutes y que pronto tengas un nuevo hijo: “el libro”.
Cuéntanos algo de vez en cuando.
Un abrazo, Ana
Gracias, Ana. En cuanto a lo de contar algo de vez en cuando, imagino que será inevitable.
Suerte Antonio, que te vaya bien en tu obra.
Esta chula la frase de Borges, ese señor era un tipazo.
Gracias, Rafael. Bien mirado, Borges es una mina. Casi como Oscar Wilde.
Pues serà una llàstima perder estos minutos semanales de lectura, que han sido una gozada. Quedo a la espera de la “obra”
Carles, la “obra” puede tardar lo suyo, si es que llega. Por otra parte, no se ha de hacer demasiado caso de mis propósitos (yo no lo hago). Lo que sí es verdad es que me ha alegrado mucho tu aparición. Por cierto, en el primer capítulo de la “obra” hay alguna alusión a aquella infancia que compartimos en parte. Así que, hasta luego.