La única felicidad

Es verdad que, si uno vuelve la vista atrás, cualquier tiempo pasado parece mejor. Mejor que este presente y, casi con seguridad, mejor que el posible tiempo futuro, a no ser, en este caso, que uno mantenga la vieja ilusión (propia de los jóvenes) de que lo mejor aún está por venir.

¿A qué se debe este fenómeno? Los intentos de explicación han sido diversos. Ni los conozco todos, ni recuerdo algunos de los que he conocido. No importa. Porque lo que ahora pretendo es dar forma al propio intento de explicación que se me  está ocurriendo.

Concentremos nuestra mente en un momento «dichoso» del pasado. Intentemos, con ayuda de la incierta y engañosa memoria, revivir las circunstancias del hecho y los sentimientos que nos poseían. Entonces, si somos lo bastante penetrantes y sinceros, descubriremos algo sorprendente: que la dicha o el goce no fue perfecto o, por lo menos, que  aquello no fue tan bello como nos gusta recordarlo. Y sin embargo, no hay duda de que forma parte de ese pasado mejor, irrenunciable para la memoria.jorge manrique

Pero permanezcamos en aquel instante y revivamos lo que entonces sin duda alguna nos embargaba. No era la dicha que  supuestamente se gozaba, tan difícil de apreciar en la realidad viva del presente. Era el sentimiento de que íbamos a ser inmensamente dichosos, es decir, de algo que propiamente aún no se había dado, pero que se iba a dar sin duda alguna y de modo inminente. Ése  y no otro es el contenido real del recuerdo de aquel tiempo pasado que llamamos feliz.

La dicha consiste en la expectativa de dicha. La única felicidad que existe es la que se siente a las puertas de la felicidad soñada.  

7 comentarios

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7 Respuestas a “La única felicidad

  1. Acabo de leeer un libro muy interesante escrito por un filologo en lenguas clásicas, Daniel Mendelshon y aparentemente consiste en un análisis pormenorizado de «La Odisea». Además de la parte didáctica, el autor utiliza este estudio para explicar al lector la relación especial que tuvo con su padre ya fallecido; un hombre carismático, con un carácter muy diferente al suyo pero que resultó determinante en el desarrollo de su personalidad y en las decisiones que ha ido tomando a lo largo de su vida.
    Todo esto viene a cuento a que en uno de los capítulos, el autor basándose en el estudio previo de otros expertos y en el suyo propio, viene a decir que es el propio viaje a Itaca lo que mantiene vivo a Odiseo/Ulises. La esperanza por volver a casa, por abrazar a los suyos, por recuperar sus posesiones. Y es este sentimiento de necesidad de alcanzar la felicidad idealizada lo que le aparte de Circe y de sus promesas de inmortalidad y lo que le fuerza a vencer los difíciles obstáculos de su odisea. Después, cuando ya casi un anciano y una vez alcanzado el ideal, su obsesión es volver a partir en busca de una nueva Ítaca.
    He llegado a este artículo tuyo que no conocía (es del 2013) ,a través de la tupida y bien estructurada red de ensayos que componen tu blog.
    Siempre hay algo bueno que descubrir.

  2. La felicidad es subjetiva, una idea sin sustento que se da en el cerebro, gracias sr. Antonio

  3. En términos Schopeunarianos sería que la dicha, la espectativa de lograr algo de felicidad consiste en que podremos controlar el sufrimiento o el dolor de existir.
    RAUL PAIROLA
    Muy bueno lo tuyo Antonio.
    Hasta la próxima

  4. Jaime Fernández
    Jaime Fernández

    Un pensamiento sabio: «La dicha consiste en la expectativa de la dicha». Estupenda entrada, Antonio. Gracias

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