La extraña metamorfosis de un padre de familia o cómo convertirse en otro permaneciendo inmóvil

Esta historia se la debo al escritor austriaco Robert Musil. La narra en su novela El hombre sin atributos al efecto caracterizar a algunos de los personajes. La leí hace tiempo, pero no voy a buscarla ahora para releerla y comprobar detalles. Así que mi versión puede ser algo diferente del original. Pero no importa. Doy fe de que el sentido es el mismo.

Érase una vez un buen padre de familia que llevaba una vida tranquila y acomodada en la Viena de 1913. Tenía  esposa, y una hija de poco más de veinte años. Profesionalmente, era muy valorado como alto empleado de banca.  También era judío, judío de toda la vida, cosa que su esposa, germana de pura sangre, y su hija, necesariamente híbrida, conocían desde el primer día. Y no es que la aceptasen, es que ni siquiera la veían, porque nunca la habían considerado como algo especial o conflictivo. Pero los vientos que hacía unas décadas se habían levantado en tierras germánicas iban cobrando cada vez mayor fuerza, aunque todavía no eran tempestad.images (80)

La hija, como natural representante de las jóvenes generaciones y tendencias, fue la encargada de introducir en el ámbito familiar lo nuevos vientos. La madre aprendió la buena nueva de labios de la hija y la hizo suya con naturalidad. Hay una tradición – decía la joven -, un espíritu germano-cristiano, que conduce a nuestro pueblo desde los siglos oscuros de su formación hasta un próximo futuro de plenitud. Debemos preservarlo y mantenerlo, rechazando cuanto de espurio pretenda corromperlo, como todo lo judaico que se ha ido infiltrando.

Cuando madre e hija hablaban del asunto, si por casualidad se acercaba el padre, bajaban la voz o cambiaban de tema. El padre pronto se dio cuenta de que algo extraño se había introducido en el hogar, algo que le estaba convirtiendo, a él, al buen padre de siempre, en un ser diferente.

Un día, conversando los tres durante el almuerzo,  soltó la hija: «Tú no puedes entender esto, papá, no perteneces a la tradición germano-cristiana», y mamá asintió.

Pero fue precisamente entonces cuando el padre entendió. Entendió que, siendo absolutamente el mismo, se había convertido en un ser extraño, en un monstruo que crecía dentro de las paredes de su propia casa. Sin hacer nada, sin opinar siquiera, manteniéndose como siempre había sido.

Si se la considera bien, la historia es estremecedora. Pero no inusual. De vez en cuando se repite en distintos ámbitos y países, según los vientos que levanta la historia, o la simple moda. Los factores serán diferentes, quiero decir que en lugar de judíos y germanos  jugarán otros elementos. Pero el desenlace, terrorífico, será siempre el mismo: sin comerlo ni beberlo un ser humano se ve convertido de la noche a la mañana en un insecto asqueroso, como le ocurriera a Gegorio Samsa en la historia soñada por Kafka en la Praga de 1912.

10 comentarios

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10 Respuestas a “La extraña metamorfosis de un padre de familia o cómo convertirse en otro permaneciendo inmóvil

  1. En realidad el insecto en el que Gregor Samsa se transforma es un escarabajo alado,y que si Gregor las hubiera descubierto,podría haber huido.

  2. Sempre nos oportunizando reflexoes. A historia é dolorida, mas sabemos que ela ainda é presente nas nossas sociedades. Resta-nos cuidar zelosamente da formacao de nossos filhos e estarmos envolvidos afetivamente com a familia, porque acredito fórmula como processo educativo.
    Obrigada sempre, Antonio.

  3. TdP

    Si tu hija y tu mujer te hacen eso es que de «buen» padre tienes poco. Pero bueno, son cosas que pueden pasar… y a lo largo de la historia han pasado muchas veces.

  4. tcfact – The Compassionate Friends of the ACT and Queanbeyan
    Jorge Salavert

    Interesante. Me pica la curiosidad, Antonio. No tiene nada que ver con el entorno sociopolítico en el que vives, ¿verdad? Vull dir, que amb aquest tema de la sobirania i la més que possible independència, ¿hi haurà homes i dones que es lleven al matí i es troben que s’han convertit en insectes? La teua resposta a Jaime m’ha deixat amb la mosca (pardon the pun!) a l’orella!

  5. Jaime Fernández
    Jaime Fernández

    Una historia tremenda: cuando los vientos huracanados de la Historia se infiltran también la vida privada de las personas y, sin comerlo ni beberlo, como se suele decir, ven cómo se violenta (y no sólo se viola), su identidad. Estupenda entrada y reflexión. Gracias, Antonio.

    • antoniopriante
      antoniopriante

      Gracias, Jaime. He estado a punto de citar un ejemplo que se da aquí y ahora, «con otros elementos”. Pero al final he preferido no hacerlo. El tema es muy sensible, y estoy seguro de que la referencia se entendería mal… O se aprovecharía en algún sentido que no deseo.

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